top of page
Buscar
  • Foto del escritorIara Martínez de Oliveira

RESIGNIFICAR LA ANSIEDAD

La crisis de ansiedad se concibe como una falsa alarma de la respuesta de huida/lucha/paralización, que es una respuesta adaptativa que permite proteger al organismo en situaciones amenazantes para la vida.

Los síntomas que componen las crisis de ansiedad son el resultado de los cambios fisiológicos (cardiovasculares, respiratorios, endocrinos) experimentados tras la activación de la respuesta de huida/lucha/parálisis, de pensamientos negativos catastrofistas, y pensamientos e imágenes mentales que se han asociado con la percepción y la búsqueda de peligro y la sensación de falta de control.

El cerebro no distingue entre si la amenaza es o no real. Cuando tú sientes miedo llega a tu cerebro la señal de alarma y tu cerebro pone a tu organismo en acción, en situación de defensa ante el peligro.

La ansiedad es una sensación normal que experimentamos las personas alguna vez en momentos de peligro o preocupación. Por ejemplo, Sin un mínimo de activación un estudiante no estudiaría para sus exámenes. Y debido a que es una reacción normal y adaptativa (siempre que no llegue a extremos) el objetivo no es hacer que desaparezca, sino aprender a controlarla cuando se ha desbordado y reducirla a niveles manejables y adaptativos.

La ansiedad es una llamada a recuperar tu equilibrio. Es la consecuencia de un desequilibrio interior. Por eso, los síntomas tan desagradables que tienes, en realidad son avisos de que hay algo en ti que está necesitando tu atención y acción para sanar, re equilibrar o restaurar.

El mensaje que nos envía la ansiedad se presenta en forma de síntomas físicos, emocionales o mentales muy desagradables, y mientras más luches o quieras controlar esos síntomas, más aumentarás tu malestar.

Los síntomas están tratando de decirte algo, y no se trata de quitarlos rápido, sino de comprender antes para qué están ahí.

Por lo tanto, es importante conocer MI ansiedad, conocer cómo es y qué forma o formas adopta en mí. Mis manifestaciones somáticas, que sensaciones tiene mi cuerpo, mis ideas/imágenes/obsesiones recurrentes, mis formas de reaccionar (o no), ideas asociadas, desde cuándo está ahí, mis recursos, que lo mejora y que lo empeora, con que lo relacionas, cuanto espacio me ocupa la ansiedad,… a través de conocer estos puntos me será más fácil acceder a cuál es el mensaje del síntoma.

PAUTAS PARA MANEJAR LA ANSIEDAD

• Acéptala

• Cuando aparezca salúdala, y pregúntale para qué está ahí.

• Conócela y averigua cómo es

• Averigua que mensaje, idea, exigencia, actuación, exigencia, imposición, diálogo,… te está siendo tóxica

• No la juzgues, ni le tengas miedo, observa tu ansiedad, siéntela pero sigue sintiendo todo lo demás.

• Relaja tu sistema nervioso (Respiración diafragmática, relajación, meditación, baño caliente,…)

• Recuerda, es una sensación de muerte pero no es peligrosa, no la temas, sólo ha venido a decirte algo de forma poco sutil.

• Respira, calma la respiración, hazla más lenta y suelta la respiración. Añade movimiento de brazos, piernas, apretar,…

• Vuelve al aquí y ahora, a mí, a mi cuerpo, a mi alrededor.

• Recuerda que tú no eres solo tu ansiedad, eres mucho más.

• Foco en lo que sí puedes hacer

• Una vez que estés calmado. Averigua para que ha aparecido esta ansiedad y que puedes hacer con ello.

• Saca tu energía a través del placer. El ejercicio, el baile,… conecta con tu cuerpo desde tus recursos.

• Expresa cómo te sientes

• Cuida de la necesidad subyacente

Recupera el equilibrio

• equilibrarte a nivel físico y emocional

• aprender a respirar aflojando tu tripa, a nivel de diafragma

• entrenar a tu cuerpo para estar relajado

• alimentarte sanamente

• salir a caminar o hacer algún ejercicio moderado

• expresar tus emociones, de la forma que te sea más factible en ese momento, por ejemplo por escrito o hablado

• dejar de hacer lo que no te gusta hacer, y empezar a hacer lo que sí te gusta

• pensar en lo que necesitas más que en lo que necesitan los demás

Ubícate en la realidad

• Recuerda que no todo lo que piensas es verdad

• ubicarte en el momento presente. Por ejemplo a través de la respiración, los sentidos, el tacto…

• identifica tus pensamientos negativos, catastrofistas y contrástalos con lo que hay

• dejar de adelantarte al futuro adivinando que te sentirás mal

Confía en ti y enfrenta tus miedos

• Recuerda y utiliza tus habilidades y capacidades

• Contacta con quién eres en esencia

• atreverte a enfrentar lo que temes

• acepta que tus miedos no siempre son reales, tampoco tan catastróficos o absolutos


127 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page