top of page

¡No puedes pasar!”… pero al revés: la fuerza de las afirmaciones afirmativas

  • Foto del escritor: Iara Martínez de Oliveira
    Iara Martínez de Oliveira
  • hace 3 horas
  • 2 Min. de lectura

Imagina a Gandalf, frente al Balrog, levantando su bastón y pronunciando con toda seguridad:“¡No puedes pasar!”.

En ese momento, no duda, no vacila; su afirmación se convierte en realidad.

Lo que nos enseña esta escena no es solo magia o fantasía, sino algo muy cercano a la psicología moderna: la manera en que hablamos y nos afirmamos a nosotros mismos moldea nuestra percepción, nuestras emociones y nuestras acciones.


La psicología detrás de las afirmaciones

Las afirmaciones no son solo frases bonitas que repetimos como mantras.

Son herramientas cognitivas que funcionan porque nuestro cerebro tiene un poder sorprendente: lo que repetimos y reforzamos internamente tiende a convertirse en nuestra realidad percibida.


La forma en que construimos una afirmación importa. Decir:

  • “No quiero sentir miedo” (mal)

  • “Estoy tranquilo y seguro” (bien)

El primer ejemplo pone la atención en el miedo: aunque neguemos algo, nuestro cerebro tiende a enfocarse en la palabra clave (“miedo”), reforzando indirectamente su presencia. En cambio, la segunda afirmación define un estado positivo deseado, activando la mente y el cuerpo hacia esa experiencia.


Afirmaciones como Gandalf: firmes y afirmativas

Gandalf no dice “Espero que esto funcione” ni “Ojalá pueda detenerlo”. Su afirmación es firme y declarativa: “¡No puedes pasar!”, punto.

Aplicado a la psicología, esto nos muestra tres principios clave de las afirmaciones efectivas:

  1. Presente y afirmativo: Usa el tiempo presente y declara lo que quieres sentir o lograr como si ya fuera real.

    Ejemplo:

    • “Estoy en paz con mis decisiones”

    • “Mi cuerpo está fuerte y sano”

  2. Claro y específico: Mientras más concreto sea el objetivo, más fácil es que el cerebro lo integre y genere acciones congruentes.

  3. Repetición y emoción: No basta con decirlo; hay que sentirlo. La emoción asociada potencia la memoria y la motivación, como Gandalf proyectando autoridad y certeza.


Cómo usar las afirmaciones en tu día a día

  1. Identifica tu necesidad: ¿Qué quieres reforzar en tu vida? Confianza, calma, salud, concentración.

  2. Redacta la afirmación en positivo: Evita negar lo que no quieres; afirma lo que sí deseas.

  3. Repite con intención: Dilo en voz alta, en tu mente o escríbelo varias veces al día. Siente la afirmación como verdadera.

  4. Visualiza: Acompaña la frase con imágenes internas o recuerdos que refuercen esa realidad.


La magia real está en tu mente

No necesitas un bastón ni un Balrog frente a ti.

Cada vez que pronuncias una afirmación afirmativa, estás marcando un límite interno y proyectando un camino hacia lo que quieres construir: tu mente empieza a actuar como Gandalf, deteniendo lo que no deseas y abriendo paso a lo que sí quieres que pase.


El poder de las afirmaciones está en su construcción: deben ser claras, positivas, presentes y sentidas.

Como el mago que detiene lo imposible, tu mente puede convertirse en tu mayor aliado si aprendes a declarar tu realidad con certeza.

ree

 
 
 

Comentarios


bottom of page