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Lo subjetivo de la talla: cuando el cuerpo redefine la medida

  • Foto del escritor: Iara Martínez de Oliveira
    Iara Martínez de Oliveira
  • hace 6 días
  • 2 Min. de lectura

En la industria de la moda, términos como oversize o talla estándar parecen neutros, pero esconden un mensaje más profundo: la idea de que existe una forma “correcta” de ocupar el espacio corporal.

Sin embargo, desde una mirada psicocorporal, el cuerpo no es una silueta que debe adaptarse a una norma externa, sino un territorio subjetivo que expresa nuestra identidad, historia y manera de estar en el mundo.


El concepto arbitrario de la talla

La talla no es una verdad biológica, sino una convención.

En distintas marcas, un mismo cuerpo puede ser “S”, “M” o “L”.

Eso revela su carácter arbitrario: un acuerdo social que cambia según tendencias, géneros o geografías.

Pero cuando el cuerpo se mide por ese patrón externo, empieza la desconexión: se impone el juicio, la comparación y la incomodidad con la propia forma.


La experiencia de lo cómodo

Desde el punto de vista de la vivencia corporal, lo que llamamos ropa oversize podría ser, simplemente, la ropa que permite respirar y estar a gusto.

El cuerpo relajado se siente más libre, la respiración se expande, los movimientos fluyen.

El ajuste excesivo, en cambio, puede activar el sistema nervioso simpático: el cuerpo se tensa, la respiración se acorta, y se instala una sensación de vigilancia.

Lo que es moda para unos, puede ser estrés corporal para otros.


Habitar el cuerpo propio

Cuando elegimos la ropa desde la sensación (y no desde la norma) estamos ejerciendo una forma de autonomía corporal.

“Mi talla” deja de ser la que marca una etiqueta y pasa a ser la que me hace sentir presente, respirando, viva.

Ahí, el concepto de oversize se disuelve: ya no es “más grande”, es simplemente lo que me sienta bien.


Una invitación

Probar ropa puede convertirse en un acto de autoconocimiento:

¿Cómo se siente este tejido sobre mi piel?

¿Puedo moverme con libertad?

¿Dónde empiezo a contener la respiración?


En cada respuesta hay una pista sobre cómo estoy habitando mi cuerpo y mi relación con el entorno.


Tal vez la verdadera revolución no está en cambiar de talla, sino en cambiar de mirada: de vestir para encajar a vestir para habitar.


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