Reflexionemos sobre el impacto positivo para nuestra salud mental de ¨aprender a perder el tiempo¨. Muchas veces nos dejamos llevar o nos exijimos estar en constante productividad, constante HACER y hacer independientemente de como influya eso en nuestro ocio, descanso, salud o tranquilidad.
Desde aquí mando una invitación a ESTAR más que hacer. Por ejemplo dándote momentos en el día para solo estar y disfrutar de un paisaje, una conversación o una taza de té y disfrutar de ese momento y sus sensaciones. Y en el momento en el que salga el “debería estar siendo productivo y hacer…” recuérdate que descansar y desconectar es productivo para ti, para no saturarte, para oxigenar, para resetear.
Redefinamos lo que es productivo y lo que no.
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