Es normal que en diferentes etapas de nuestra vida nos sintamos perdidos acerca de qué rumbo tomar. Tranquil@ no está todo perdido.
Probablemente estés en ese momento vital en el que necesitas encontrar tu identidad y reflexionar sobre lo que quieres y te motiva para seguir enganchado a tu día a día.
En algunos casos las crisis existenciales pueden derivar en problemas de salud mental, sin embargo, la mayoría de las veces simplemente son periodos de cambio, en los que tenemos que descubrir nuevas maneras de hacer cosas. «No encuentro sentido a mi vida» puede ser un periodo de crecimiento y un momento temporal que puede significar un antes y un después en tu existencia.
Sin embargo, cuando estos pensamientos vienen acompañados por sentimientos de desesperanza, impotencia, tristeza o incluso desinterés por el día a día,… de forma excesiva con mucho sufrimiento esto podría significar que estamos ante un problema de salud mental y deberías acudir a un terapeuta para que te ayude en este momento de tu vida.
¿Sientes que tu día a día es una rutina? ¿Qué vives lo mismo una y otra vez?
¿Nada te motiva lo suficiente y no te apetece hacer nada en especial?
¿No te sientes ni bien ni mal, estás en un punto medio, viendo los días pasar, sin más?
¿Te sientes vací@ por dentro? ¿nada te llena?
Te planteas ¿para qué estoy aquí? ¿Cuál es mi propósito? ¿Tiene sentido mi vida?
Existe una serie de señales de que podrías estar en un punto de tu vida en el que te sientes perdido en tu vida, como podrían ser:
- Apatía: Puedes sentir que ya nada te importa y que no disfrutas de lo que te gusta.
- Falta de motivación: Debido a que tienen la sensación de que su vida no tiene sentido, puedes estar constantemente desmotivad@, sin ganas de esforzarte para cambiar su situación, con esa sensación de ¿total para qué?
- Sentimientos de vacío: Las cosas que antes te traían alegría o incluso que te llenaban ahora puede parecer que no tienen sentido para ti. Una sensación de tener un hueco que no se llena con nada, que nada le vale.
- Desesperanza: Sentir que nada tiene sentido puede acabar haciendo que te sientas desesperanzado/a o triste, con la sensación de que no hay nada que puedas hacer.
- Falta de energía: Muchas veces genera una sensación de “no puedo con mi vida”, de agotamiento,… te falta la energía para poder lidiar con esas rutinas diarias que ahora para ti carecen de sentido.
- Estrés excesivo: Si estás pasando por una situación o una etapa donde sufres demasiado estrés, esto puede hacer que te cuestiones el sentido de tu vida y tu propósito. La propia saturación puede hacer que te cuestiones no únicamente eso que te está generando estrés ahora sino todo tu planteamiento vital.
- Insatisfacción: Quizá el problema por el que sientes que no puedes con tu vida es precisamente que te sientes insatisfecho/a con un aspecto de tu vida, familia, amor, trabajo, gestión emocional, relaciones,…
- Falta de autoestima: A veces esta falta de sentido puede ser debida a que no valoras el esfuerzo que has hecho en tu vida, menosprecias tus logros, y en general te cuesta ver y reconocer algo positivo en ti y valorarlo como bueno o suficiente.
- No sabes lo que quieres: Cuando no nos conocemos lo suficiente a nosotr@s mism@s da igual que camino tomemos porque no sabremos si es el correcto o si nos va bien, con lo que no saber que rumbo tomar en tu vida puede ser una consecuencia de no conocerte.
- Momento vital: Hay momentos de nuestra vida en los que hacemos revisión de vida y ponemos en perspectiva lo que hemos vivido y lo que queremos para nuestra vida. Puede que estés en una etapa de transición y tienes cierto miedo a la incertidumbre, los cambios,…Un momento puede ser por ejemplo la adolescencia, o incluso momentos más concretos como nochevieja y su revisión del año.
- Problemas psicológicos: La sensación de una falta de sentido en la vida, de vacío, de inutilidad,… puede ser debida a un trastorno psicológico como puede ser la depresión, la ansiedad, trastorno bipolar... Siempre que tengas dudas acude a un profesional.
Y por último, además de lo anterior, recordemos que todos experimentamos momentos durante nuestra vida en las que podemos sentirnos perdidos o sin un propósito claro, momentos de reflexión profunda sobre nuestro rumbo en la vida, la muerte, la significancia,…
Podemos sentir que nuestro sentido de la vida se ha frustrado cuando las metas y objetivos no terminan de cumplirse, o no como lo habíamos pensado, confundiendo muchas veces el cómo con el qué.
A veces también al vernos en situaciones de crisis que amenazan nuestra sensación de seguridad y certidumbre para las que no estamos preparad@s y no contamos con las herramientas adecuadas para hacerles frente.
Todo ello puede desembocar en un profundo estado de frustración existencial en el que nos saturamos y desconectamos de nosotros mismos y de nuestro entorno, adormeciendo nuestra capacidad de conectar y sentirnos y sentir a los demás.
En ocasiones nuestras metas vitales están mal definidas y/o tienen errores de base, como por ejemplo buscar siempre estar feliz en todo momento, el placer por encima de todo. Estas emociones proporcionan placer a corto plazo pero conllevan un alto nivel de energía, una represión emocional (con todas sus consecuencias), una sensación de no estar haciéndolo bien constante al aparecer otras emociones (como es normal que hagan),… y además no inciden en nuestra autorrealización, quedando circunscritas a un momento puntual y no a un estado general como estaba planteado.
Si esta búsqueda se transforma en algo obsesivo podemos incluso llegar a caer en adicciones (tóxicas, relacionales, adicción al sexo, consumo compulsivo de compras o comida, …) y conductas tóxicas para con nosotros mismos y los demás.
Pero como sabemos, nada de esto solucionará el problema, sino que lo agravará. Nuestra carencia está relacionada con algo más profundo y significativo, por lo que cada persona debe descubrir qué es lo que echa en falta realmente para mejorar su estado emocional y recuperar su estabilidad.
Como se suele decir la búsqueda de la felicidad, no debería ser un destino, sino un camino, y debe ir acompañado de todas las otras emociones, más que una búsqueda de la felicidad debería ser una búsqueda del poder estar con la emoción y poder acompañarla.
Existe una necesidad humana de hacer algo significativo con nuestras vidas. Algo nuestro y algo bueno. Solemos trazar un plan y, a veces, las circunstancias no cumplen las expectativas de este proyecto de vida y eso nos lleva a conectar con un vacío existencial. Por lo tanto, la conexión con el otro también es importante para no perder el sentido de la vida, al igual que el mantenimiento de vínculos afectivos, siempre y cuando, no se ponga toda la responsabilidad de ser feliz en ellos
¿Cómo encontrar sentido a la vida?
Encontrar sentido a tu vida como ya intuiréis es algo muy personal. No todos nos perdemos en lo mismo, tenemos el mismo grado de autoconocimiento, las mismas habilidades o trabas,…
Así que no todos necesitamos lo mismo para reencontrarnos y redefinir nuestro sentido vital.
Sin embargo hay ciertos puntos que ahora pondremos que pueden ser de ayuda, tú decides cuales aplicar.
Lo primero es darte tu tiempo, tratarte con amabilidad y sin prisas, y dedicarte un tiempo a conocerte desde la curiosidad, no desde el juicio crítico.
Y a pesar de que en estos momentos venirse abajo sea totalmente comprensible, tenemos dos opciones:
Quedarte en el “no puedo hacer nada con lo ocurrido, soy una víctima de las circunstancias” o puedes hacer algo con como afrontas la vida
VER ESTA SENSACION COMO UNA OPORTUNIDAD DE APRENDIZAJE
Sentirse perdid@ en la vida es una oportunidad para aprender qué es lo que sí te funciona y lo que no, de aprendizaje sobre ti mism@ y una oportunidad para cambiar lo que haga falta. Dedica tiempo para auto-observarte y conocerte mejor
Vive el proceso
Date la oportunidad de pasar por este proceso en el que estás, de salir del piloto automático y de descubrir qué es en lo que tiene sentido para ti centrar tu proyecto de vida.
El proceso puede ser agotador, confuso y angustiante, pero te sorprenderá todo lo que puedes aprender de ti y la serenidad que puede traerte el proceso.
CONOCETE Y APRENDE DE TI
La búsqueda de sentido es un viaje personal, por lo que es esencial que mires en tu interior y encuentres tus propios significados, motivadores, valores, todo aquello que te hace “click”.
• Dedícate tiempo para auto-observarte y conocerte mejor
Enfócate en tu autoconocimiento.
· Aunque ahora pueda parecértelo, tú no eres tu situación.
Haz una pausa y reflexiona sobre quién eres tú al margen de tu situación: qué te gusta, qué quieres y qué no quieres, qué puedes aceptar y qué no puedes aceptar, cuáles son tus prioridades, etc.
• Para dejar de buscar fuera, mira dentro de ti
Es preciso mirar por dentro para averiguar qué es lo que me ha faltado en la vida, qué han significado para mí estas pérdidas, que me ha sobrado, que necesito, qué me gusta y qué no,… todo esto puedes transformarlo en tu brújula interna y dejar de buscar y probar cosas sin ton ni son y podrás darles una dirección con sentido para ti.
· Cuidado personal
Dedica tiempo a cuidarte física, mental y emocionalmente
• Respetarte a ti mism@
Eso que has descubierto sobre ti, los límites que te son sanos, lo que es importante, lo que te mueve y te motiva, tus pasiones,… no lo dejes en teoría. Pregúntate ¿realmente buscar esto de forma activa en mi día a día me acercará más a donde quiero estar?, si la respuesta es sí, es el momento de buscar qué pequeños pasos te acercan un poco más a ello y hacerlos.
Cuidado con juzgarte duramente y castigarte. Una cosa es comprender y averiguar cuál es mi contribución a la situación en la que te encuentras, y hacerte responsable de ello, y otra fustigarte.
Conciencia y compromiso si, culpa y castigo no. Se trata de aprender de tus errores y volver a intentarlo de otra manera la próxima vez.
• Reconecta contigo mismo y respeta tus tiempos
No te metas prisas, date el tiempo necesario para que vuelvas a conectar contigo mismo y dejes de sentirte separado de ti.
• Pasa tiempo contigo
Recuerda que el vacío existencial es, en parte, una desconexión de ti mism@. Es probable que durante mucho tiempo no hayas contactado realmente contigo, hayas estado en piloto automático, te hayas descuidado y dejado de escuchar. Por lo que es importante que comiences a explorar tus gustos, deseos, necesidades, miedos, esperanzas y sueños, lo cual te ayudará a crear nuevos significados en tu vida.
• Date tiempo (de calidad)
Pasa tiempo contigo de verdad, no haciendo tres mil cosas al mismo tiempo. No te entretengas para no estar contigo, busca cosas con las que te sientas a gusto y pasa un tiempo disfrutando de cada momento y de cómo te hace sentir, date momentos para escribir en un diario,… sin prisas, observando desde la amabilidad y la curiosidad.
• Comprométete contigo mismo
Superar una crisis existencial pasa por darte tu espacio, priorizar tus necesidades, practicar un egoísmo sano, crear un espacio interno y externo que tenga sentido para ti. Decide tú por ti no dejes que otros decidan tu vida, vete probando y construyendo tu mundo, responsabilizándote así de él.
• Identifica qué es importante para ti
Identifica lo que es importante para ti en cada área de tu vida y en general. Solo tú conoces las respuestas.
• Descubre qué te gustaría hacer
Piensa en las cosas que te gusta hacer y con las que disfrutas ¿Qué pequeño paso puedo dar en mi día a día para hacerlas cada vez un poco más?
• Toma tú las decisiones sobre tu vida
No fomentes el depender de los demás, toma las decisiones sobre tu vida empezando por las más pequeñas como que desayunarás hoy.
Tu vida, tu responsabilidad.
• Desarrolla tu potencial y tus talentos
Conoce e identifica tu verdadero potencial. Piensa en lo que eres bueno, tus habilidades, capacidades y talentos.
También está bien que conozcas tus debilidades, amenazas a tu crecimiento y oportunidades para el mismo.
• Sumérgete en la naturaleza
Conéctate desconectando. Vete al monte, un parque… observa la lluvia, la nieve, un atardecer, siente el viento, el olor a hierba, acaricia a tu mascota, túmbate en la arena, descálzate y anda en la playa o la hierba…
• Fíjate en qué haces en tu rutina y cámbialo
Con todo esto en cuenta observa en qué gastas tu día a día y vete añadiendo todo esto a tu rutina. Si en tu agenda tiene un hueco preestablecido es más posible que realmente lo hagas, y más fácil también que si lo dejas en abstracto.
RECONOCE Y APRENDE DE TU SENSACIÓN DE VACÍO
• Reconoce el vacío que sientes
En lugar de rechazar lo que te está pasando bloqueando tu sentir o intentando anestesiarlo con comportamientos compulsivos dañinos, mejor empezar por asumir que esa sensación de vacío está ahí, y que está por algo. Por ejemplo para decirte que el cómo estás viviendo y manejando ahora tu vida no te llena.
El vacío no se puede rellenar con cosas o actividades, si en cambio con acciones, estares y símbolos que tengan un significado especial para ti.
· Asume el vacío como una oportunidad
En nuestra cultura el vacío existencial se ve como algo negativo, pero no es así en todas. ¿Por qué no investigarlas y verlo desde otra perspectiva?
Aunque sentir ese vacío puede que no te resulte agradable, es una señal de que necesitas cambiar e ir más allá, por lo que no es necesariamente algo negativo, sino una oportunidad de cambio.
• Permítete sentir el vacío
Déjate sentir el vacío, la apatía, el cansancio,… y las emociones que les acompañan. ¿Necesitas llorar? Llora. ¿Necesitas enfadarte? Enfádate. Necesitas estar un tiempo solo contigo, estate.
Si le das un espacio a las emociones, solo para ser, sin ningunearlas o bloquearlas te informarán de qué hay detrás de ellas, te informarán de para qué han venido hablándote de una necesidad que tengas y que influye en este sentimiento de vacío.
• Presta atención a tus pensamientos
A los pensamientos negativos que te dices y te repites. Solo son pensamientos, no tienen por qué ser ciertos, pero pueden ser muy limitantes.
CONECTA CONTIGO Y GESTIONA TUS EMOCIONES
Las emociones son brújulas emocionales que pueden ayudarte a orientarte y saber qué dirección tomar. Cada vez que aparecen están conectadas a lo que estás viviendo y te hablan de una necesidad a atender.
• Reconoce y acepta cómo te sientes
Observa con curiosidad lo que sientes y permítete darle un espacio y sentir. Sin investigar más allá, sin juzgar, solo sentir. Así, para empezar nos recordamos que no está mal sentirse triste o enfadado, son emociones naturales y vienen, como todas, a informar de algo importante para nosotros.
Describe cómo te sientes, que sientes y dónde, forma, color, sensación,…
Puede ayudarte hablar sobre cómo te sientes, escribirlo, dibujarlo, moverte con lo que sientas,…
Vive tus estados emocionales plenamente, no desconectes, siente-te.
• No hagas para no sentir, siente para actuar en consecuencia
No caigas en la trampa de la hiperactividad, la dispersión y cualquier tipo de anestesia al sentir.
Conceptualiza la incertidumbre como algo más que hay en este momento, no como una catástrofe.
• Estar en el presente
Quedarnos anclados en el pasado o coger la bola de cristal para imaginarnos el futuro además de generarnos múltiples emociones que se viven con dificultad como la desesperanza, la culpa,… realmente no nos aporta nada para el momento actual. Una vez revisado y aprendido de la experiencia mantenerse en ella es agotador e infructuoso, y dedicarnos a ser pitonisas de nuestro futuro también.
Enfocarse en el presente, lo que siento, lo que pienso, lo que hago, lo que sucede,… es lo que realmente me va a permitir conectar conmigo y mi situación, además de ser aquello en lo que sí que puedo tener un impacto directo y real.
• Estar agradecidos
Agradecer activa sensaciones positivas en nosotr@s como la alegría o la calma. Desde ahí es más fácil salir de los círculos viciosos emocionales o mentales en los que a veces nos entrampamos
• Cambia la culpa por la auto-responsabilidad
Aprende de los errores, pide perdón, haz algún acto restitutivo, y sobretodo aprende para hacerlo mejor la siguiente vez.
Observa de qué te habla tu culpa, ¿qué código te has saltado? y ¿sigue teniendo este código sentido para mí tal y como está?, tal vez más flexibilidad, u otro enfoque puedan irte bien.
• Fracasa y vuelve a fracasar
Aprenderás probando. Cometerás errores, pero no pasa nada porque te permiten aprender.
CULTIVA TUS RELACIONES CONTIGO Y LOS DEMAS
• Cultiva tus relaciones
Será bueno pasar tiempo de calidad con tus amigos, pareja, familia,… aquellas personas que te aportan. Las personas que tienes a tu alrededor con las que te relacionas tienen un impacto directo en ti y cómo te sientes, incluso en lo que haces o dejas de hacer.
Nos influimos los unos a los otros, por lo que es importante que las personas que estén más cerca de ti sumen.
Las personas crecemos más rápido si nos apoyamos entre nosotros.
• A veces conectar con el otro nos ayuda a conectarnos con nosotr@s mism@s, es algo así como una puerta de entrada.
· Lee o ve películas que te inspiren
• Al observar a otros podrás comprobar quienes son para ti “modelos” y eso te hablará de elementos importantes para tu propio proyecto vital.
• Experimenta
Prueba cosas nuevas y vuelve a hacer las antiguas que te llenaban.
Recupera esas recetas, aprende algo nuevo,… prueba cosas en soledad y en compañía. Investiga.
Tu cerebro necesita estimulación, salir de hacer lo mismo una y otra vez y darle algo extra puede ser un buen aliciente.
Otra vez, no te quedes sólo en la teoría, elige una actividad, ponla en la agenda y ¡hazla!. Poco a poco irán aumentando tu curiosidad y energía.
• Aumentar el espacio para el placer (menos para el trabajo y el esfuerzo)
REFORMULA TUS METAS
Hay una escena en la película de Harry Potter y la piedra filosofal en la que el personaje de Hermione comenta que es peor ser expulsados del colegio que morir, claramente le hace falta poner en orden sus prioridades como sugiere Ron.
Bien pues en nuestro día a día muchas veces pecamos de ese tipo de actitudes, tal vez no tan extremas pero si presentes.
• Observa, analiza y si es necesario reformula tus expectativas, sueños y proyecto
• Reorganiza tus metas asegurándote de definirlas de forma clara, concreta y actual, de forma que sean realistas.
Si queremos tener éxito en un proyecto hemos de saber, como mínimo, que consideramos éxito, no que se supone que es éxito en ese ámbito, sino que consideramos nosotr@s como éxito. Eso nos ayudará a ser conscientes, comprender y regular nuestra propia motivación.
Reevaluar tus valores y metas, reflexiona sobre lo que es importante para ti y lo que deseas lograr en la vida. Pregúntate a ti mismo si tus metas y valores actuales se alinean con tu propósito.
• Ponte metas, proyectos
Una vez conectas emocionalmente con el mundo que te rodea, te puede asaltar la pregunta ¿y ahora qué hago? ¿Hacia dónde voy?
• Ponte pequeños retos.
• Que el objetivo no sean las actividades que te planteas sino el valor que persigues con ellas
Por ejemplo no es conseguir X juego mi objetivo, es divertirme. Si me enfoco en eso me valdrá ese juego u otra cosa, si me enfoco en la actividad (conseguir el juego) y no lo consigo me sentiré frustrad@ y bloquead@, además de que estaré muy limitad@.
• Pasa a la acción
De nada sirve identificar lo que es importante para ti, ni desarrollar tus talentos o descubrir lo que te gusta hacer si no pasas a la acción. Ve de acto en acto, poco a poco, pero cuando sepas que quieres es importante que lo actúes.
• Organiza tu vida afín a tu nuevo sentido vital
Introduce en tu rutina un mínimo de horas de actividades que te conecten con ese “estar bien”, que te gusten, que te motiven, que te interesen. Prueba.
• Explorar el significado existencial
Tal vez indagar en significados más espirituales y profundos te ayuden a tener una perspectiva más amplia y te den un marco en el que te encuadres mejor.
• Crea tu propio sentido, tu “para qué”
Tal vez no te interese seguir lo que todos hacen, o lo que se espera de ti, o tal vez sí, la opción correcta es la que a ti te cuadre. Eso sí, elige tú.
ACUDE A TERAPIA
A veces con seguir lo aquí escrito no es suficiente, o incluso podemos sentir que es demasiado para hacerlo sol@s y se nos hace bola. Ese puede ser un buen momento para pedir ayuda y acudir a terapia. También si sientes que debajo de esta sensación hay algún problema más grave y necesitas ayuda para conocerlo, tratarlo y afrontarlo eficazmente.
Recuerda que la pérdida del sentido de la vida es una experiencia común y normal hasta cierto punto, y con tiempo, conciencia, trabajo y constancia es posible recuperar un sentido de propósito y significado.
El proceso puede ser desconcertante y desafiante, por lo que es importante ser paciente y amable contigo mism@ y buscar el apoyo necesario mientras trabajas en la recuperación de tu bienestar emocional y tu sentido de la vida.
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