La carga de parecer fuerte: ser funcional no siempre significa estar bien
- Iara Martínez de Oliveira
- 14 nov
- 2 Min. de lectura
En nuestra sociedad, ser “funcional” es un elogio a veces silencioso, a veces atronador con tintes de obligación.
Ser funcional significa que alguien sigue con su rutina: trabaja, cumple con responsabilidades, mantiene la casa, las relaciones,… como si nada pasara.
Pero detrás de esta fachada de normalidad, muchas personas luchan con problemas emocionales, ansiedad, depresión,… casi siempre algo que no se ve a simple vista.
La presión de aparentar
El mundo valora la productividad y la estabilidad.
Cuando sentimos emociones difíciles, tendemos a ocultarlas, para no ser juzgados, para no preocupar a los demás,… o simplemente porque creemos que debemos “poder con todo”.
Con el tiempo, esta necesidad de aparentar nos desconecta de nuestra realidad interna: no nos permitimos sentir, expresar o procesar lo que realmente está pasando.
La falta de sinceridad con uno mismo
Mantener la apariencia de estar bien puede convertirse en un hábito peligroso.
Negar nuestras emociones, minimizar nuestros síntomas o distraernos con actividad constante genera una desconexión interna. Nos convertimos en expertos en sobrevivir por fuera, mientras ignoramos lo que necesitamos por dentro.
La sinceridad con uno mismo no es debilidad, es la base de la salud emocional.
El coste oculto
El impacto de vivir así no es inmediato, pero sí profundo.
La ansiedad, la culpa y el estrés aumentan. La capacidad de disfrutar de la vida disminuye.
Muchas veces, el colapso llega de manera abrupta: un agotamiento físico o emocional, un ataque de ansiedad, una depresión severa, o incluso una crisis que nos obliga a parar.
Es como sostener un edificio con cimientos dañados: tarde o temprano, cede.
Camino hacia la autenticidad
Reconocer que no estamos bien no nos hace “menos capaces” ni “menos funcionales”.
Pedir ayuda, tomarse un tiempo para procesar emociones, y aceptar nuestras limitaciones temporales es un acto de coraje. La verdadera resiliencia no consiste en aparentar que todo va bien, sino en aprender a cuidarse mientras seguimos adelante.
Recuerda, ser funcional externamente no significa estar bien internamente.
Escucharse, aceptar las emociones y buscar apoyo evita que la fachada se derrumbe de manera inesperada, y nos permite vivir de forma más auténtica y saludable.




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