Hay momentos en los que tenemos la mente en cualquier lado menos donde estamos.
Para estos momentos es importante poner conciencia en donde está nuestro foco, centrar la mente y el cuerpo en el aquí y ahora, volviendo así a contactar contigo.
No me refiero a mantener la mente en blanco ni pensar en cosas positivas, ni siquiera a permanecer todo el rato concentrado, sino a redirigir tu atención a sentir cómo es ser tú en este momento, observar lo que hay sin criticar, estar contigo más allá del ruido interno y externo, encontrar ese rincón dentro de ti en el que contactas no solo con una parte de ti, sino con todo tú.
Parar, observar, prestar atención a tu cuerpo, a tu respiración, a tus sensaciones, ir y volver a ellas, y respirar.
RESPIRAR PARA ESTAR PRESENTE
Deja de actuar de forma autómata y observa tu respiración, conecta con ella para conectar contigo, con tu momento presente.
Date cuenta de cómo respiras, si te aceleras o te permites hacer todo el ciclo, párate a sentir como entra y sale,...
De respirar correctamente y observar cómo es esto para nuestro cuerpo podemos aprender ciertas cosas, como que para coger hay que soltar, donde o con qué nos bloqueamos más, a que sensaciones les prestamos más atención, que pasa con nuestro cuerpo cuando respiramos de una u otra forma, …
Te dejo un ejercicio de consciencia en la respiración para empezar a practicar. Trata de no interpretar ni juzgar, solo observar lo que hay, lo que está presente, y sobre todo de respirar-te.
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