top of page

AUNQUE EN REALIDAD SÉ QUE NO, NO HAGO MAS QUE CUESTIONARME SI SOY MALA PERSONA

  • Foto del escritor: Iara Martínez de Oliveira
    Iara Martínez de Oliveira
  • hace 3 días
  • 3 Min. de lectura

¿A QUE PUEDE DEBERSE?

Esta creencia suele estar profundamente arraigada, alimentada por experiencias dolorosas, mensajes recibidos en la infancia y emociones no procesadas. Pero no es una verdad: es una interpretación emocional que puede transformarse.

 

¿Por qué creemos que somos “malas personas”?

- Aprendizaje temprano: Mensajes como “eso está mal”, “eres egoísta”, “no hagas eso” se graban como verdades absolutas.

- Trauma relacional: Si fuimos rechazados o castigados por expresar necesidades o límites, el cerebro asocia autenticidad con peligro.

- Diálogo interno crítico: Repetimos frases que nos dijeron o que interpretamos (“no valgo”, “soy un problema”).

- Patrones corporales: El cuerpo guarda la memoria del rechazo, y se activa con culpa, tensión, miedo.

- Autoestima baja y autocrítica negativa alta. Tenderé a creerme antes lo que cuadre con mi versión pobre y devaluada de mí mismo, buscaremos coherencia.

 

Explicación del proceso de reconfiguración

La clave está en buscar evidencia real que contradiga esa creencia. No desde la lógica fría, sino desde la compasión, la memoria emocional y la integración corporal. No se trata de convencerte de que eres “buena persona”, sino de ver con claridad que esa etiqueta no te define.

 

Ejercicios para cuestionar la creencia

1.  Inventario de evidencias

- Objetivo: Contrastar la creencia con hechos reales.

- Cómo hacerlo:

  - Divide una hoja en dos columnas: “Evidencias de que soy mala persona” / “Evidencias de que no lo soy”.

  - Sé honesto, pero también compasivo. Incluye momentos donde actuaste con empatía, cuidado, autenticidad.

  - Observa cuál columna tiene más peso emocional real.

- Tip: Si te cuesta encontrar evidencias positivas, pregúntate: “¿Qué diría alguien que me quiere?”

 

2. Diálogo interno con la parte que cree eso

- Objetivo: Integrar la parte que sostiene la creencia.

- Cómo hacerlo:

  - Visualiza o escribe un diálogo entre tu “yo adulto” y la parte que cree que es mala persona.

  - Pregunta: “¿De dónde aprendiste eso?”, “¿Qué necesitas para sentirte segura?”

  - Responde con compasión, no con juicio.

- Beneficio: Desactiva el automatismo y genera integración interna.

 

3. Liberación corporal de la culpa

- Objetivo: Soltar la carga somática asociada a la creencia.

- Cómo hacerlo:

  - Siéntate en silencio y lleva atención a tu cuerpo.

  - Identifica dónde sientes la culpa (pecho, garganta, estómago).

  - Respira profundamente y visualiza que esa tensión se disuelve con cada exhalación.

  - Puedes acompañarlo con movimientos suaves o golpecitos en el pecho (tapping).

- Tip: Usa frases como “Estoy a salvo”, “Puedo ser yo sin miedo”.

 

4. Reescritura de la narrativa

- Objetivo: Transformar la historia que sostiene la creencia.

- Cómo hacerlo:

  - Escribe un relato breve sobre un momento en que te sentiste “mala persona”.

  - Luego, reescríbelo desde otra perspectiva: ¿qué necesidad había detrás?, ¿qué parte de ti actuó?, ¿qué aprendiste?

  - Cierra con una frase de integración: “No fui mala, fui humana. Y estoy aprendiendo.”

- Beneficio: Reprograma la memoria emocional y da sentido al proceso.

 

5. Acto simbólico de liberación

- Objetivo: Cerrar el ciclo emocional de culpa.

- Cómo hacerlo:

  - Escribe en un papel la frase que más te duele (“soy mala persona”).

  - Léela en voz alta, reconociendo el dolor que ha causado.

  - Luego, rompe el papel, quémalo (con cuidado) o entiérralo.

  - Sustitúyelo por una nueva frase que te acompañe: “Estoy aprendiendo a ser libre sin miedo”.

- Tip: Puedes repetir este ritual cada vez que la creencia reaparezca.


ree

 
 
 

Comentarios


bottom of page