top of page

ANSIEDAD Y DOLOR DE TRIPA ¿Cómo se relacionan?

  • Foto del escritor: Iara Martínez de Oliveira
    Iara Martínez de Oliveira
  • 18 nov
  • 2 Min. de lectura

La ansiedad y el dolor de tripa están íntimamente conectados a través del eje intestino-cerebro.

Cuando sentimos ansiedad, el cuerpo libera hormonas del estrés como el cortisol, que pueden alterar la motilidad intestinal y aumentar la producción de ácido estomacal.

 

Esto puede provocar:

- Dolor abdominal o sensación de “tripa revuelta”

- Indigestión, gases o diarrea

- Ruidos intestinales intensificados (borborigmos)

 

Además, se puede generar un ciclo de retroalimentación negativa: la ansiedad causa molestias digestivas, y esas molestias aumentan la ansiedad.

Es como si el cuerpo y la mente se pusieran a discutir… ¡y el estómago se lleva la peor parte!

 

 

Cómo romper el ciclo ansiedad–dolor de tripa

Este ciclo se refuerza cuando el malestar físico genera más ansiedad, y viceversa.


Para interrumpirlo:

- Identifica el detonante emocional: Reconocer qué situaciones te generan ansiedad es el primer paso para desactivar el patrón.

- Evita la evitación: Afrontar gradualmente las situaciones que te generan ansiedad, en vez de evitarlas, fortalece tu confianza.

- Reestructura tus pensamientos: Cuestiona las ideas catastróficas (“voy a enfermar”, “no lo voy a soportar”) y reemplázalas por pensamientos más realistas.

- Establece rutinas de autocuidado: Dormir bien, mantener horarios regulares de comida y descanso, y limitar el consumo de cafeína o alcohol ayudan a estabilizar el sistema nervioso.

- Busca apoyo profesional: Un psicólogo puede ayudarte a romper el ciclo con herramientas personalizadas y seguimiento.

 

 

Estrategias para calmar los síntomas digestivos

Cuando la ansiedad se manifiesta en el sistema digestivo, puedes experimentar náuseas, acidez, diarrea o dolor abdominal.

Algunas formas efectivas que puedes probar para aliviar estos síntomas son:

 

- Respiración diafragmática: Inhala profundamente por la nariz, expandiendo el abdomen, y exhala lentamente por la boca. Esto activa el sistema parasimpático y relaja el intestino.

- Atención plena al momento y meditación: Practicar atención plena ayuda a reducir la reactividad emocional y mejora la digestión.

- Alimentación consciente: Comer despacio, masticar bien y evitar alimentos irritantes (grasos, picantes, muy procesados) puede reducir molestias.

- Ejercicio moderado: Caminar, yoga o estiramientos suaves ayudan a regular el tránsito intestinal y liberar tensión.

- Terapia psicológica: Para descubrir y tratar la ansiedad estomacal desde su raíz.


ree

 
 
 

Comentarios


bottom of page